Catedral de Pamplona
Santa María la Real en 530 piezas de papel
La catedral de Pamplona acoge en la cillería su obra más ligera: una figura de la virgen, moldeada en papel y situada sobre una maqueta de la planta de la seo, donde se esconden distintas historias. Mila García Louzao, diseñadora pamplonesa, es la autora
Publicado el 05/05/2024 a las 05:00
La catedral de Pamplona acoge desde esta semana la escultura más ligera en sus paredes centenarias, una imagen de Santa María la Real del Sagrario modelada en tres dimensiones con 530 piezas de papel, de manos de Mila García Louzao, ilustradora y comunicadora pamplonesa, especializada en la técnica de papercraft. El conjunto se puede ver en la exposición Occidens, en la antigua cillería de la seo, con el título de ‘Eterno papel de madre’, un guiño a este 5 de mayo, día de la Madre.
Mila García dibuja desde niña y mientras ella desplegaba su imaginación con lápiz y papel, veía a su madre, modista, coser y sacar patrones. Observó mucho. Y ahora piensa que estar cerca de su madre, de Carmen, fue un aprendizaje. Mila estudió pintura clásica, técnica y contemporánea. Se graduó en Comunicación Audiovisual y se formó en diseño gráfico, en papel japonés, en técnicas contemporáneas con papel en Italia..., hasta que hizo profesión de lo que era deleite. “Una no sabe nunca a dónde le llevan las cosas”, reflexiona Mila García, quien ahora trabaja en publicidad y escaparatismo y sus creaciones, sus figuras, cuentan siempre un relato. “Es una forma de unir la comunicación y el arte, en todos mis escaparates hay historias”, explica junto a su última creación. 320 horas están detrás del resultado. Pero “ha sido algo terapéutico”, sostiene, dar forma a la corona de 73 piezas diminutas, idéntica a la del niño, modelada en menor escala. Mila describe minuciosa la obra, sobre la base, que es una singular maqueta de la planta de la catedral, con varios mensajes envueltos en gris piedra: huellas de personas que entran y de otras que salen, de quien está detenido frente al altar, de quien avanza hacia el claustro, del niño despistado... O el juego cómplice entre madre e hijo con una cinta del manto; la mirada minimalista y al tiempo intensa a la madre desde el regazo.
El conjunto parte de un diseño a mano de los bocetos que luego lleva al ordenador, las piezas se despliegan y se montan a mano. “Saco el patrón de la figura”, apunta y se detiene en el manto, de color azul y con flores bordadas en un dorado suave, 162 piezas en total. “Es el árbol de la vida y en él hay varias flores y frutos: flor de lis, azucenas, rosas, granadas”, enumera la autora y repara en todo lo que ha podido investigar en torno a los mantos de las vírgenes. “Nunca lo hubiera pensado, es todo un arte”, menciona los dos mantos que tiene Santa María la Real en Pamplona, uno rojo y otro azul. Ella eligió este último color, más “sobrio y elegante”. La pieza es un regalo de la joyería Montiel de Pamplona, “en agradecimiento” a la catedral y el director del museo, Gonzalo García, señala que el papel es excepción en una catedral.
