Concierto
Ojete Calor acerca la extravagancia al Navarra Arena
Un público entregado y vestido para la ocasión cantó y bailó en Pamplona con las canciones de Carlos Areces y Aníbal Gómez
- Carlota Soriano
El dúo musical de Carlos Areces y Aníbal Gómez actuó este sábado en el Navarra Arena, un concierto lleno de momentos estrambóticos que solo se entienden en el contexto de Ojete Calor.
Carlos Ojete y Aníbal Calor saliendo de una almeja gigante cantando ‘El rey’. Así empezó el concierto del dúo Ojete Calor, que llenó el Navarra Arena con un público tan entregado que cantó con entusiasmo hasta las canciones que suenan para crear ambiente antes de comenzar el espectáculo. “Bienvenida Pamplona a la concha de su madre”, dio comienzo Aníbal.
Cantar el himno de España desafinado, pedir votos a favor del ya inexistente UPyD e instantes en los que los cantantes tenían que mirar la letra porque no se acordaban. El concierto dejó un puñado de momentos que solo se entienden en el contexto de Ojete Calor: Carlos Areces y Aníbal Gómez cantando ‘Laura no está’ vestidos con una bolsa de cadáver, cuando Areces se quitó la túnica que llevaba para quedarse en minivestido (“¿que se me ve el pepe? qué más os da”, comentó al respecto), los comentarios de Gómez como “si vienes a Pamplona y no comes chorizo eres gilipollas” o que, entre tema y tema, sonara una canción de Osborne.
Y entre el público, tutús de neón, sombreros rosas, pelucas y diademas con luces led, una vestimenta al puro estilo Ojete Calor. La gente no pudo evitar acudir al concierto de este dúo vestidos según la estética de sus cantantes para meterse de lleno en el papel. La ocasión lo requería. Y, para facilitarles la tarea, una pantalla a lo grande en el escenario que proyectaba la letra de las canciones para los más despistados.
Un espectáculo extravagante de música, en donde lo importante no era cantar bien, ni atinar con la letra ni que tenga un mensaje bonito. Porque sus canciones entran dentro del ‘subnopop’, “punk tonto para gente inteligente” y, tras esos conciertos en los que el vestuario de los cantantes es tan bizarro como los comentarios que sueltan entre canción y canción, hay un humor inteligente y crítica a tendencias de la sociedad actual.
Temas que hablan de que “podemos opinar sin estar informados porque lo contrario sería censura”, que critican la moda de comprar ropa de segunda mano, que tratan la superficialidad del mundo del espectáculo o de todos esos comentarios hirientes sobre el físico. En realidad, el ingenio de este dúo reside en saber colar en sus canciones unas críticas tan consistentes, de manera que, al escucharlas de manera consciente, se obtiene una música reivindicativa.
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